martes, 14 de diciembre de 2010


Es algo impredecible. Las vueltas de la vida son terribles. ¿Cuántas veces habremos dicho "nunca"?, pero es muy cierta la frase "nunca digas nunca". Porque nunca se sabe lo que va a pasar. Hoy estamos acá, mañana allá, y no sabemos dónde vamos a estar la semana que viene. De un día para el otro te deja de gustar lo que siempre te había gustado, y comienza a gustarte lo que siempre odiaste. Hay mucha gente que desprecia esto, pero no se dan cuenta que es una característica propia del ser humano: el cambiar de opinión, el cambiar de forma de pensar, cambiar, y punto. Es inevitable. Crecemos y cambiamos física y mentalmente. Pasan los días, pasan las personas, y nuestra forma de ser se torna muy cambiante. En adolescentes es incluso más común cambiar de parecer todo el tiempo, y más aún, cambiar de sentimientos. Caer en confusiones, en sentimientos erróneos, en cosas que parecen ser (o son) equivocaciones. Pero ¡qué suerte que cambiamos constantemente! y que podemos asegurar que en algún momento se nos va a pasar. Nada es para siempre. Y espero que mi costumbre de mandarme cagadas tampoco lo sea.
RS
{ perdoname }

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